De acuerdo con un informe reciente de Naciones Unidas, el turismo es el tercer sector de exportación más importante de la economía mundial. Tan solo en 2019, representó 7% del comercio global y proporcionó 1 de cada 10 empleos directos en todo el mundo.
El cierre de fronteras, de la hostelería y los cierres perimetrales internos han provocado una gran crisis en el sector, que afecta a la supervivencia de muchos negocios actuales. Para muchos parece el final de un sector pero ¿realmente vamos a obviar las ganas de viajar? La necesidad de conocer, de desconectar y de ver es inherente al género humano. Desde las lejanas peregrinaciones de la Edad Media, como el camino de Santiago, o la peregrinación a la Meca, hasta los Grand Tours de los aristócratas ingleses o la actuales vacaciones de verano, la humanidad piensa en viajar. Y seguirá pensando en hacerlo cuando la pandemia remita.
La pandemia de COVID-19 representa también una oportunidad para reconstruir un sector turístico que contribuya a los objetivos de desarrollo sostenible, reduciendo su impacto en los destinos visitados y ayudando a construir comunidades y empresas más resilientes mediante la innovación, la digitalización, la sostenibilidad y las alianzas.
De acuerdo con Naciones Unidas, la transformación del turismo necesita enfocarse en 5 áreas prioritarias:
Entramos en una oportunidad de pensar el Turismo que queremos y de construir un sector más justo tanto con los territorios como con las personas que lo habitan. España necesita del turismo. Pero no de un turismo descontrolado y de zapatilla. No de un turismo low cost. Con un bajo valor añadido. Necesita un turismo sostenible, que no degrade el medio ambiente. Y que además de riqueza nos aporte prestigio internacional. Tenemos que cambiar el perfil del visitante y atraer a los de una mayor capacidad de gasto. Tenemos, en definitiva, que diseñar el futuro de nuestro turismo. Y ahora es el momento.